Marcos Iriarte
Actualizado
Keir Starmer, el primer ministro británico, quiere que los trabajadores de Reino Unido puedan concentrar sus semanas laborales en jornadas de cuatro días. Así lo ha anunció ayer la secretaria de Estado de Aprendizaje y Formación, Jacqui Smith.
Se trata de una medida novedosa, que el Gobierno británico aún debe madurar y negociar con las empresas, pero que básicamente consiste en alargar las jornadas ordinarias, de modo el que el cómputo global de horas trabajadas no descienda, hasta ganar un día libre extra a la semana.
El modelo es diferente al que se debatió inicialmente, con escaso éxito, en España. Ya que la fórmula Starmer no contempla ninguna reducción de horas para la empresa ni de sueldo para el trabajador. Aquí esa fórmula de los cuatro días laborales se ha ido aparcando poco a poco y se ha terminado por evolucionar la propuesta hacia la reducción de jornada general, pasando desde las 40 horas actuales que marca el Estatuto de los Trabajadores, hasta las 37,5 de forma progresiva.
Esta propuesta que el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz quería dejar zanjada antes del verano encontró una gran contestación por parte de las empresas y, aunque en un primer momento el Gobierno aseguró que lo sacaría adelante sin el apoyo de los empresarios, el tono gubernamental terminó por modularse y volverá a negociarse con patronal y sindicatos el próximo 9 de septiembre.
Pero volvamos a Reino Unido, ya que el anuncio de la nueva semana laboral de sólo cuatro días está generando mucho debate allí.
- ¿Qué es lo que propone el nuevo gobierno laborista de Keir Starmer?
- Pretende que sus trabajadores tengan, si así lo desean, la opción de disponer de una semana laboral de cuatro días. Eso sí, sin dejar de cumplir con todas las horas estipuladas que ahora tengan estipuladas en sus contratos laborales. "Creemos que la flexibilidad de horarios es buena para la productividad. [...] Quizá en vez de trabajar ocho horas diarias durante cinco días se pueden trabajar diez horas durante cuatro", explicó Jacqui Smith en una entrevista radiofónica.
- ¿En qué beneficia eso al trabajador?
- Según el Ejecutivo británico, además del evidente mayor tiempo libre en jornadas, esta medida podría suponer también un ahorro para sus trabajadores. "Sería la misma cantidad de trabajo, pero de un modo que te permitiría gastar menos en guarderías o dedicar más tiempo a tu familia. Atraería a más gente al mercado laboral y ayudaría a nuestro objetivo primordial de fomentar el crecimiento", añadió la portavoz del premier. Ese supuesto ahorro en guarderías, podría sin embargo no compensar el aumento del gasto diario (durante las cuatro jornadas que sí trabajas) para cubrir esas dos horas de más que ahora no podrás atender a tus hijos.
- ¿Podrían beneficiarse todas las empresas?
- Evidentemente, no. Hay profesiones que pueden permitirse esa flexibilidad y organizar esos turnos de trabajo adaptados a la nueva realidad (ingenieros, arquitectos, diseñadores, programadores...). Sin embargo, otras profesiones, como los profesores, los médicos o los propios trabajadores de las guarderías, no podrían amoldar tan fácil sus jornadas laborales. En cualquier caso, la intención de Reino Unido es que se haga siempre de forma voluntaria y consensuada con el empleador, por lo que podría verse caso a caso.
- ¿Cómo lo van a articular?
- El anuncio de momento es muy incipiente. El Ejecutivo británico tiene previsto dar más detalles sobre la medida en las próximas semanas, pero lo que sí ha querido dejar claro desde el primer momento es que no lo van a imponer a las empresas. "No tenemos previsto imponer una semana laboral de cuatro días ni a los empresarios ni a los trabajadores. Cualquier cambio en la legislación laboral se consultará en colaboración con las empresas".
- ¿Existen otras fórmulas para implementar las reducciones de jornada y tener más tiempo libre?
- Desde luego. Además del camino emprendido por Reino Unido (trabajar más para compensar las horas perdidas en ese nuevo día libre), estaría la fórmula que ahora se negocia en España, la de reducir directamente la jornada de trabajo legal sin que ello implique una reducción de salarios. Así, además de liberar a los trabajadores con más tiempo libre, el Ejecutivo cree que se puede fomentar la contratación de nuevos puestos de trabajo. Las empresas consideran que puede suceder justo lo contrario y que muchas se vean abocadas a despedir e incluso a cerrar. Otra vía es la de concentra más días libres en periodos de tiempo concreto, es decir, jugar con la estacionalidad de algunas profesiones, con picos de trabajo muy concentrados en ciertas épocas y dar más días libres en aquellas semanas con menos carga. También existe la fórmula que ya emplean muchas empresas: eliminar el reloj diario y dar a sus trabajadores la flexibilidad de organizarse, de tal modo que puedan entrar o salir según les convenga, siempre que los objetivos de empleo se vean cumplidos.
